Si, na-na-na-na, eh-oh
Si, na-na-na-na, eh-oh
Vivió en un tren y lo llamó "El Huracán"
Podía viajar sin tener que viajar
Y, cada día, marcaba su diario de sueños con él
Vivió en un tren y lo llamó "El Huracán"
Podía viajar sin tener que viajar
Y, cada día, marcaba su diario de sueños con él
Quiso tener, sin tener que pagar
Comió y bebió, siempre, de un manantial
Tan dulce como los besos esos que soñaba él
Con cien cañones de plata vivió de maravilla
Murió en el barro de la sociedad
Tenía en el bolsillo una colilla
Que la vida es un cigarro que no se debe apagar, yeh
No hay sitio, aquí, para ese tal Huracán
Que deja rastros de asfalto y de barras de bar
Y de colegas de brega que galopaban con él
Con cien cañones de plata vivió de maravilla
Murió en el barro de la sociedad
Tenía en el bolsillo una colilla
Que la vida es un cigarro que no se debe apagar
Con cien cañones de plata vivió de maravilla
Murió en el barro de la sociedad
Tenía en el bolsillo una colilla
Que la vida es un cigarro que no se debe apagar
Tuvo sus reinas, sus noches, sus juegos de amar
Y, en el reflejo de un coche, lo hacía real
Que olía como el dolor, decía la gente de él
Como el dolor de las flores que duermen con el Huracán